viernes, 12 de marzo de 2010

"Oda al otoño" - John Keats (quizás el primer registro de field-recording)

I

ESTACIÓN de nieblas y fértil levedad,
Compañera de un sol maduro y fecundante,
Con quien te hermanas para ofrendar como en una bendición
Tus frutos a las vides que penden alrededor de los aleros de paja;
E inclinar con manzanas a los musgosos árboles
De la aldea , y nutrir el corazón de todos los frutos;
A la calabaza henchir y a las avellanas colmar
Con una dulce semilla; y cernir más y aún más
Capullos tardíos para las abejas,
Hasta que piensen que los cálidos días jamás cesarán,
Pues, es en Estío que sus húmedas celdillas desbordan.


II

¿Quién no te ha encontrado rodeada de tus dones?
A veces el que desea buscarte fuera de su hogar
Puede hallarte sentada indiferente en el suelo de un granero,
Con tu cabello agitado por el viento de la cosecha,
O en un sembradío susurrante y a medio segar
Adormecida con el humo de las amapolas, mientras tu hoz
Evita la próxima parcela y sus setos florecidos.
A menudo, como un espigador, mantienes erguida
Tu cabeza, mientras pasas a través de un arroyo
O cercana a una prensa de sidra, con la mirada paciente,
Atenta a los últimos zumos del día, por horas y horas.


III

¿Dónde están las canciones de la primavera?, ¡Ay! ¿Dónde están?
No pienses en ellas, pues tienes tu propia melodía
Mientras las nubes florecen en el día suave y agónico
Y los llanos se tiñen de rosa cambiante:
Entonces, en un coro de tristísima armonía, los mosquitos
Se lamentan entre los sauces del río, en acompasado ondular,
Así como el viento se anima o decrece con ligereza;
Y balan los corderos maduros en las simientes elevadas;
Y cantan los grillos en los cultivos, y con voz serena
El petirrojo trina en un apartado rincón del jardín;
Y reunidas en los cielos, gorjean las golondrinas.

Traducción: Federico Durand

Dedicada a Nicolás Domínguez Bedini